Retiro, reunión y renovación en la Diócesis de Pinar del Río

Retiro, reunión y renovación en la Diócesis de Pinar del Río

El tiempo no se detiene y el clero junto con las religiosas y seminaristas de la diócesis más occidental, se encuentran nuevamente en las instalaciones de la Casa Diocesana Ntra. Sra. de Loreto para tener una jornada de preparación a la Misa Crismal, que como cada año se celebra en esta demarcación el jueves previo a la Semana Santa.

Las horas de la mañana estuvieron dedicadas a la oración personal acompañados del P. Diego Hernández Rodríguez, Rector del Seminario San Carlos y San Ambrosio, quien animó el retiro.

Por su parte la sesión de la tarde estuvo marcada por la reflexión en torno al proceso sinodal. Ha llegado el momento de evaluar personal y comunitariamente nuestro ser sinodal. Previamente la Hna. Martha Arredondo de la Comunidad de Hijas Mínimas de María Inmaculada, expuso su experiencia en el Encuentro Continental efectuado en República Dominicana, y Mons. Juan de Dios Hernández, sj nos condujo por todo el proceso sinodal hasta llegar a la reunión de Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas (CELAM) donde se trabajó el documento final que como continente será enviado a la Santa Sede, recogiendo el aporte al Sínodo que se celebrará en Octubre en Roma.

Un trabajo personal, en equipo y en asamblea, permitió revisar, a raíz de los Ejes Temáticos del Vademecum del Sínodo: ¿Cómo se ve usted en este proceso sinodal con respecto a estas cuestiones? Y ¿Qué progresos y dificultades se está encontrando para aplicarlas en su comunidad?

A las 5: 00 de la tarde llegó el momento de dar gracias a Dios, junto a los fieles de la ciudad que acompañaron al clero en la renovación de sus promesas sacerdotales, reafirmando los compromisos que asumieron al ser llamados al Orden Sagrado.

Como es tradición, durante esta celebración el Obispo bendijo los óleos de los enfermos y de los catecúmenos, y consagró el Santo Crisma con que se ungen a los bautizados, los confirmados y a los presbíteros.

Durante la homilía, Mons. Juan de Dios recordaba que “para seguir volando alto, necesitamos ser ungidos por la fraternidad, […] ungidos por el don de la novedad del Espíritu, […] para saber convertir las crisis en oportunidades, […] para no quedar encerrados en lo pequeño, […] Esa unción viene de Jesucristo, el Sumo y Eterno Sacerdote, que es la puerta por donde pasará el amor desinteresado y oblativo, la verdad qua apagará la mentira; la justicia que romperá lo injusto; el perdón y la reconciliación para convertir una Patria que espera siempre del amor de sus hijos.”

Tuvimos una oración especial por la salud del Santo Padre, unidos a la Iglesia Universal.

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