Celebra Diócesis de Pinar del Río apertura del Año Jubilar

Celebra Diócesis de Pinar del Río apertura del Año Jubilar

Con la presencia por primera vez en la diócesis del Sr. Nuncio Apostólico de Su Santidad, Mons. Antoine Camilleri, se inauguró el Jubileo del 2025 en la región más occidental del país. Como Peregrinos de la Esperanza, iniciamos la liturgia del 28 de diciembre en el lateral de la Catedral, trasladándonos hacia el atrio para vivir el signo de la entrada, que nos recuerda que Cristo es la Puerta por donde debemos pasar.

Durante esta celebración, se renovaron las promesas bautismales y se participó en la Eucaristía, concelebrada por Mons. Juan de Dios Hernández Ruiz, Obispo Residente, junto a los sacerdotes José Carlos Gutiérrez, Javier Jáuregui, Alfredo Miguel Martínez, Cirilo Castro, José Carlos Moreno, Benjamín Gálvez y Vicente Cabrera.

A lo largo de la jornada, escuchamos testimonios conmovedores, como el del Diácono José Vicente Concepción, quien compartió que este es su cuarto Jubileo (1975, 1983, 2000 y 2025) y el primero vivido como diácono. Con el recuerdo de los anteriores, espera que el 2025 sea un tiempo de gracias, bendiciones, paz, fraternidad y prosperidad para todos. También Amalia, una joven de la Catedral que vive esta experiencia por primera vez, expresó su deseo de que este año marque su vida y la de la Iglesia con una fuerza renovadora, tal como le han contado su mamá y sus catequistas sobre lo que sucedió en el año 2000.

El Sr. Nuncio nos animó a «regresar siempre a la puerta del corazón de Dios, que permanece abierta», como ha expresado el Papa Francisco. Además, nos recordó que «tenemos que hablar con el Señor sobre todos los aspectos de nuestra vida; nada debe quedar fuera de nuestra conversación con Dios. El Año Santo viene para recordarnos esta verdad. El Jubileo siempre implica una responsabilidad ética; todos tenemos la responsabilidad de llevar esperanza donde se ha perdido».

Al concluir la Eucaristía, una niña de la catequesis le entregó como regalo tabaco de la cosecha de Frank Robaina, un prestigioso tabacalero de nuestra diócesis, y café, una bebida típica en los hogares cubanos.

La diócesis cuenta con seis templos jubilares que facilitan el acceso a las parroquias de cada vicaría, permitiendo que todos vivamos los signos propios de este año: la peregrinación, la indulgencia, la reconciliación, la Eucaristía y la caridad. Que el buen Dios nos acompañe para que vivamos el Jubileo con la alegría de quien se reencuentra con el Padre, rico en misericordia, que es la fuente de toda esperanza.

Fotos Mercedes Llerena Pando

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