Yacob Berezniak Hernández, presidente de la Comunidad Religiosa Adath Israel de Cuba
Arquidiócesis de La Habana, 30 de noviembre de 2022 – En La Habana resonó el “grito de la Paz”, aquel reclamo de mujeres y hombres de fe, de culturas y religiones distintas que se reunieron el pasado 28 de noviembre en la Oración por la Paz celebrada en la capital de Cuba. Vivir el espíritu de Asís, la fraternidad, la unidad y la construcción de la paz, fueron los pilares sobre los que se erigió el encuentro interreligioso.
Hace más de tres décadas que el papa San Juan Pablo II inició este camino al invitar a las religiones del mundo a rezar por la paz en Asís, responsabilidad que ha sido asumida por la Comunidad de Sant’Egidio[I] con citas anuales, celebradas en muchas ciudades del mundo, para el debate y el rezo fraterno en favor de la paz. Desde el 2014 el espíritu de Asís es sentido en La Habana, donde las religiones se han unido en un movimiento de diálogo y de paz para la humanidad.
La Comunidad de Sant’Egidio convocó este año a las jornadas de Oración por la Paz con el título El grito de la Paz. Religiones y culturas en diálogo. Desde la ciudad de Roma, el grito por la paz se irradió al resto del mundo, con nuevas voces que se unieron al reclamo mundial, y con la exhortación de que sea escuchado. Pues como afirmó Andrea Riccardi[II]: “cada grito y cada invocación expresa el deseo de un futuro más humano”.
Discurso de bienvenida. Dr. Francisco Bouza, en representación de la Comunidad de Sant’Egidio de Cuba
Ante la necesidad inminente de una paz global, ante la responsabilidad humana por la paz, de trabajar y rezar por la paz, con los corazones puestos en el dolor de los pueblos, de los rehenes, de las víctimas, la miseria, la explotación, y el drama de niños, ancianos y familiares afectados por la violencia de la guerra, se desarrolló el VIII encuentro interreligioso organizado por la Comunidad de Sant’Egidio de La Habana. A la cita asistieron líderes y fieles de las diversas religiones presentes en la Isla; parte del cuerpo diplomático acreditado en Cuba, con una representación de las embajadas de Sudáfrica, Nigeria, Mozambique e Italia; actores del Gobierno Provincial y directivos y trabajadores de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana.
Joannet Delgado de la Guardia, presidenta de la Soka Gakkai de la República de Cuba
La Casa de Paz y Diálogo de la Comunidad de Sant’Egidio en La Habana acogió la primera parte del evento, con un simposio que profundizó en los textos sagrados y la voluntad de diálogo y paz transitando el camino trazado en las Escrituras y las realidades de cada religión. En el discurso de bienvenida, el Dr. Francisco Bouza, como representación de la Comunidad de Sant’Egidio de Cuba, comentó acerca de la necesidad del diálogo respetuoso para lograr la paz:
“Para la paz hace falta un diálogo tenaz, paciente, fuerte, inteligente (…). El diálogo puede vencer la guerra, (…) permite que personas de diferentes generaciones, (…) de distinto origen étnico, y de convicciones diferentes, vivan juntas. El diálogo es el camino de la paz porque favorece el entendimiento, la armonía y la concordia. Por eso es fundamental que crezca, que se extienda entre la gente de toda condición y convicción como una red de paz que protege el mundo y, sobre todo, a los más débiles.”
Alexis Sánchez Tamayo, vicepresidente de la Liga Islámica de Cuba
En el panel del simposio expusieron Yacob Berezniak Hernández, presidente de la Comunidad Religiosa Adath Israel de Cuba; Alexis Sánchez Tamayo, vicepresidente de la Liga Islámica de Cuba; MSc. Rolando Fabián Blanco Pérez, antropólogo sociocultural que hizo una breve presentación de su documental Santori: sinfonía universal; Joannet Delgado de la Guardia, presidenta de la Soka Gakkai de la República de Cuba; y el Dr. Reinerio Arce Valentín, secretario ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba y director del Instituto de Estudios de las Religiones.
La oración fue precedida por el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de La Habana
En la tarde, la jornada para compartir en fraternidad continuó con las oraciones dedicadas a la paz que realizaron las distintas denominaciones religiosas presentes en Cuba. Según sus respectivas tradiciones se elevó, de manera simultánea, la invocación en favor de la paz y por el desarme mundial. En el caso del mundo cristiano, la oración se celebró en la Iglesia del Cristo del Buen Viaje, precedida por el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de La Habana y con predicación del reverendo presbítero Nicolás, de la Sacra Catedral Ortodoxa Griega.
Juntos todos, hermanas y hermanos en la fe, se trasladaron a la joya arquitectónica que constituye el Teatro Martí para la clausura del evento, el cual inició con unas palabras del Dr. Rolando Garrido, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en La Habana. En el acto estuvieron presente el reverendo monseñor Giampiero Gloder, Nuncio Apostólico de Cuba; el cardenal García; así como la Comunidad Hebrea de Cuba, la Comunidad Adath Israel de Cuba, la Liga Islámica de Cuba, la Soka Gakkai, los Bahaí, las Comunidades Ortodoxas Griega y Rusa, el Movimiento de los Focolares, las iglesias Nazarena, Bautista, Metodista y Episcopal, y el Consejo de Iglesias de Cuba.
Reverendo monseñor Giampiero Gloder, Nuncio Apostólico de Cuba, quien leyó el discurso que el papa Francisco ofreció en las conclusiones de la Oración por la Paz de Roma
El representante de la Santa Sede en Cuba leyó el discurso que el papa Francisco ofreció en las conclusiones de la Oración por la Paz de Roma. En sus palabras, el Santo Padre comentó que “la paz está en el corazón de las religiones, en sus Escrituras y en su mensaje. En el silencio de la oración hemos escuchado el grito de la paz: una paz sofocada en tantas regiones del mundo, humillada por demasiada violencia”. Asimismo, sostuvo que “la invocación de la paz no puede ser reprimida” y que se encuentra en el “corazón de las madres”, en “los rostros de los refugiados, (…) de los heridos o de los moribundos. Y este grito silencioso sube al cielo. (…) El grito de la paz expresa el dolor y el horror de la guerra, la madre de todas las pobrezas”. Hizo también alusión a que, en los últimos años, “la fraternidad entre las religiones ha avanzado de forma decisiva (…). Cada vez nos sentimos más hermanos entre nosotros”.
Interpretación del coro Vox Cordis
Luego del disfrute de la interpretación del coro Vox Cordis se procedió a la lectura del Llamamiento de la Paz y la entrega del mismo a todos los presentes en las manos de niñas y niños. En él se exhortó al cese de las hostilidades entre las naciones, al fin de la guerra, y a que seamos “la generación que crea nuevas maneras de convivir, que no invierte en armas, que logra abolir la guerra como herramienta para solucionar conflictos y pone fin a la anómala explotación de los recursos del planeta”.
Firma del Acuerdo de Paz
La Oración por la Paz en Cuba ha reunido un elevado número de mujeres y hombres de buena voluntad y a los líderes de las religiones mundiales presentes en nuestro país. En ese camino, donde la participación ha ido creciendo, se han madurado historias de diálogo entre mundos religiosos diversos, y se ha reafirmado la importancia de caminar juntos -unos con otros, pero nunca unos contra otros- en la construcción de la paz. Como declaró el Papa Francisco: “No nos resignemos a la guerra, cultivemos semillas de reconciliación y elevemos hoy al Cielo el grito de la paz. De nuevo, con las palabras del papa San Juan XXIII: «Todos los pueblos se abracen como hermanos y florezca y reine siempre entre ellos la tan anhelada paz»”.
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[I] La Comunidad de Sant’Egidio se funda en 1968. Es un movimiento internacional de laicos y católicos que se basa en tres pilares fundamentales: la palabra (oración), los pobres y la paz. Promueve, además, el diálogo y el ecumenismo en todo el mundo.
[II] Andrea Riccardi (Roma, Italia, 1960) es un historiador, activista y hombre de paz. Fue fundador de la Comunidad de Sant’Egidio (1968) en Roma junto a un grupo de jóvenes que sintieron el clima de renovación producto del Concilio Vaticano II. Experto en pensamiento humanístico contemporáneo, ha recibido gran cantidad de títulos honoríficos por parte de varias universidades y premios en reconocimiento a sus méritos históricos y culturales. Asimismo, es uno de los más grandes estudiosos de la Iglesia moderna y contemporánea y ha publicado numerosos libros. Riccardi jugó un importante rol en la mediación de varios conflictos bélicos y contribuyó a la paz en países como Mozambique, Guatemala y Costa de Marfil.
(Tomado de https://iglesiacubana.org/cocc/pages/articles/1944)